Cuando recibimos una multa, lo primero que se nos pasa por la cabeza es: “la pago con el 50 % de descuento o me arriesgo a recurrirla”. La Administración juega con esa duda, y muchas personas terminan pagando sin cuestionar si la sanción es justa o si cumple con todos los requisitos legales.
La realidad es que no todas las multas son correctas, y en muchos casos recurrir puede ahorrarte dinero, puntos del carnet e incluso problemas futuros.
Motivos para recurrir una multa
- Errores de forma y plazos
Multas mal notificadas, datos erróneos o fuera de plazo pueden ser anuladas. - Falta de pruebas suficientes
La Administración debe demostrar la infracción, no basta con la mera denuncia si no está correctamente fundamentada. - Pérdida de puntos
Más allá del importe, perder puntos del carnet puede tener consecuencias graves. Un recurso bien planteado puede evitarlo. - Derecho a la defensa
Tienes derecho a presentar alegaciones y pruebas. No se trata solo de pagar o no pagar: se trata de ejercer tu derecho a defenderte.
¿Siempre merece la pena recurrir?
No en todos los casos. Si la sanción es menor y no implica retirada de puntos, a veces pagar con descuento puede ser lo más práctico. Sin embargo, cuando hay puntos en juego, una cantidad económica elevada o una sanción injusta, recurrir suele ser una opción interesante.
Nuestra recomendación
Antes de decidir si pagar o recurrir, es fundamental analizar tu expediente concreto. Cada caso es distinto, y por ello es esencial que un abogado revise toda la documentacion para poder determinar la viabilidad del recurso.
